primero fue un pie, luego sus piernas, su torso, y finalmente el borrador acabó con toda su conciencia.
puso el cereal, la leche, y ya con el apetito abierto, el pequeño gigante empezó a rebanar al humano.
recibió el beso y ya no quiso soltar la mano de su madre. le dijo que no sería el último, y se fue.
te miro y cierro los ojos, incrédulo de este cruce de realidades.
el hielo lo encontró con el cuerpo listo para recibirlo.
