- Es el atardecer, dijo una voz, mientras unos brazos lo alejaban de un charco rojo.
- Leopardo: Más que sola, la cáscara se sintió arrancada, y la muerte empezó a cubrirla, una mancha a la vez.
- Cerró la boca de inmediato, abrió los ojos, sollozó, y empezó a recoger su música hecha pedazos.
- Se perdió en el aire como un acorde, pero sus restos se los llevó la tierra.
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