- Se sintió triste en su primer instante como gota, hasta que cayó y empezó a reflejar el cielo.
- ¿Lluvia de piedras, cascadas de arena? No, apenas un millar de ratones galopando.
- Dejó de temblar, de estornudar, se quitó el abrigo y se liberó de su lluvia imaginaria.
- Y bajo los colores postizos, los aromas ajenos, se encontraba una belleza que nadie conocía.
- La manzana: siempre había temido al suelo, pero al llegar se dio cuenta que seguía viva.