Estaba triste al caer, hasta que el sol la atravesó y le sacó un pequeño arco iris a la gota.
Solo en la madurez, el pájaro y el gato se preguntaron si realmente habían sido amigos.
Planeado el complot contra el frutero, la cáscara de plátano se dejó caer, inocente.
Él, a diferencia de otros fantasmas, ya había actuado como tal, estaba preparado.
La chispa tenía vocación para incendio, pero se contuvo con una vela.