La bruja mandó a pasear a la luna, y continuó espiando cómo se desvestía el hombre lobo.
Esperó todo el día pero su muerte no llegó. Botó el horóscopo antes de irse a dormir.
Estaba a punto de salir cuando se sintió indispuesto. Después, solo se dispuso a permanecer sentado.
Ella no retomaba la lectura, los libros la reclamaban de vuelta.
Él sonreía y la gente le sonreía al pasar. Pero solo él veía al mundo hundirse en llamas.