Para la vampira, la sangre exótica venía envasada en turistas.
Ser amado por una vampira fue la mejor sus dietas. Y la última.
Al final la vanidad era más fuerte, y la vampira terminaba sacando el espejo para retocarse.
-La oscuridad despierta tus sentidos-… A mí me despierta el apetito, exclamó la vampira, y le dio un último beso.