Y cuando miró al cielo, parecía que el pájaro había traído el amanecer.
Tuvo una alegría pero la sonrisa le salió mucho más tarde, mientras lo atropellaban.
Parecía muerto, así que lo abandonaron en el desierto. Era una vida rodeada de cadáveres.
En su sueño, el portador del sol no andaba a cuatro sino a dos patas. En la realidad, el sol era puro recuerdo.
Estaba a punto de llegar al oasis y desfalleció antes de alcanzarlo. Murió sin desengañarse de su ilusión.
Te premié con el Liebster Award…!!
Acá te dejo los pasos a seguir…
http://sentimientosazules.wordpress.com/2013/09/27/gracias/
Saludos!