41
Nuevamente regresó a ver y no descubrió a nadie. Era la tercera ocasión, y ya no pudo seguir disfrutan o su caminata; en efecto, algo soplaba en su nuca. Sentía el frío del acero que perseguía su cabeza, sin duda pertenecía a la policía, estaban a punto de atraparlo. Entonces el cachorro empezó a lamerlo, y lo liberó de su pesadilla.
42
Parecía mucha coincidencia, pero todo lo que veía en el libro en verdad le sucedía. Se dio cuenta de que era un personaje justo a tiempo, y cambió de historia antes de ser asesinado por su mejor amigo, su creador, su escritor.
43
La luz del sol no solamente entró por la venta, también a través de las paredes y se coló por algunas goteras. El el cuarto empezó a llenarse de color y el pequeño desorden empezó a evidenciarse. Las botas no estaban en su lugar, había barro por el suelo, y el saco de semillas estaba sin terminar. Los niños entraron, despertaron al hombre, y volvieron a su jornada.
44
El perro nunca intimidó al gato. Este paseaba entre sus patas, jugaba con su cola, y en ocasiones lo mordía. Se hicieron amigos, pero en el sueño el perro continuaba persiguiendo al gato.
45
La batalla había durado más de lo esperado. Una mirada a su entorno confirmó que los emboscados habían sido ellos. Siguió luchando, aunque eventualmente sería derrotado: los ángeles no dejaban de caer del cielo.
Me gustó especialmente el 42, ¡ya nunca podré matar a ningún personaje! Qué cruel lo plasmaste.
Sí, esas traiciones inesperadas son las que más duelen. Pero si te fijas bien, no murió. Quizás fue a hacer de extra en otra historia… quizás fue rescatado por otra voluntad externa 🙂