Agrexofilia: exhibicionismo, excitación producida por el hecho de que la actividad sexual sea oída por otras personas.
Tuvo que disimular el bostezo con una sacudida rápida de su cuerpo y convertirlo en un grito. Su novio no lo advirtió esa vez. Ni la siguiente. Tardó casi un mes en darse cuenta. ¿Y se decía su novio? Qué… desatento. Para el susodicho en cambio era otra historia. Él hacía siempre lo mismo. La quería y le dolía verla triste. La rutina le azotó mientras compraba condones: “para qué”. Por eso no se impactó mucho cuando descubrió ropa de otro hombre en su departamento. La rabia y el dolor no tuvieron tiempo de surgir: la mujer le explicó, en voz baja, con una sonrisa difícil de esconder, que el hombre era su hermano, y que se marchaba, a más tardar, al día siguiente. Todo sucedió de prisa. El hombre ahogó una risa, la mujer también. Se tocaron, una caricia por ahí, otra por allá, besos apasionados. Se detuvieron un par de veces al escuchar ruidos provenientes de la sala. Al cuarto día el hermano de la mujer empezó a sospechar.
