Luego del coro, se comienza a tener una idea del mundo del hombre. Se muestra más tanático: no le importa el dolor si a cambio consigue lo que desea: tener control, un cuerpo perfecto, un alma perfecta. En otras palabras, poder, que significa la capacidad de influir sobre la voluntad propia o ajena; un arquetipo, objeto material creado a partir de un objeto formal; y psiquis perfecta, lo que significa que no todas las almas son perfectas. Por otro lado, estos elementos pueden ser los requisitos para ingresar al mundo de la mujer: orden y perfección.

Hay un indicio de despedida, en el que el hombre desea notificar a la mujer, que si ella es jodidamente especial, él también desearía ser especial. Esta incompatibilidad de mundos encuentra, en el adjetivo especial, un puente. No importa la manera en que sean especiales. Como dijo un poeta cuyo nombre ignoro: fue el tiempo que pasaste con la rosa, lo que la hizo tan especial. Así sucede en las relaciones humanas: ¿cómo saber lo importante que puede ser uno para otro?
Hasta aquí no hay descripciones de las acciones de la mujer, y se connota una especie de alucinación por parte del hombre. Posteriormente la mujer escapa otra vez; significa que el hombre ha intentado aproximarse a ella, o se ha estado acercando con la canción, y ella corre, harta, escapando nuevamente del hombre. Al final, el hombre se da por vencido, pues se da cuenta que es imposible ingresar al mundo de la mujer. Y la redefine como una persona que quiere cualquier cosa, que puede ser feliz con lo que sea, como alguien materialista.

La canción termina con el coro, que no se analizó anteriormente, ya que al final tiene más fuerza, y se presta a más interpretaciones. El hombre está perdido: no viene de ningún mundo, y de repente se descubre en un estado, o en un sitio. ¿Qué hace en un espacio de enamorados?, o, ¿qué hace en un mundo donde, repentinamente, una mujer ha generado que tenga conciencia de sí mismo?
En conclusión, la falta de colores a lo largo de la canción, refleja la inestabilidad emocional del hombre, poniendo en duda su humanidad. Sin embargo, como rasgo humano, está el sentimiento provocado por la mujer, ubicado entre el amor y el odio: amor hacia ella, quien lo motiva a ser especial, a dejar de ser lo que ha sido hasta el momento de encontrarla; y odio hacia la imposibilidad de cambiar para acortar la distancia entre ellos. Estamos frente a un amor platónico.
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