Con esto de ser humano, no sentimos en la misma dimensión que los animales. Desde ahí empieza el problema de los sentimientos, que se dejan llevar o no por el instinto, lo cual puede resultar en un actuar precipitado. No es de extrañar: percibimos en cinco sentidos, pero al momento de expresarnos escogemos sólo uno o dos. En principio, el amor como sentimiento se debería a la sensibilidad: una mirada, un roce. ¿Basta ser sensible para amar?
Guiándonos por el diccionario, el amor debería ser algo construido conforme evoluciona la relación de los seres involucrados. Necesitan familiarizarse antes de desenvolverse a plenitud, antes de entregar y manifestar afecto. La reciprocidad es indispensable, pues su ausencia podría despertar otros sentimientos no tan agradables, rencor, envidia… La duración y la fuerza de los sentimientos son una responsabilidad. Además de afectar indirecta o directamente al ser amado, genera un cambio en el que ama, alterando así, la perspectiva de su entorno. Así como en la fobia, el primer encuentro es fundamental, y después se puede temer/amar sin tener el motivo al frente.
En el fondo, las definiciones individuales y la del diccionario tienen algo en común: el amor no busca el mal, ni la destrucción. Es algo que está en la mente en forma de idea, pues cada sensibilidad es única. ¿Acaso no existen varias lecturas de un mismo libro? En conclusión, el amor continuará prestándose a infinitas interpretaciones: parte de la sensibilidad, pero queda atrapado en la cabeza, quien decide a quién, cómo, y cuándo amar. Como en la física el amor no se crea ni se destruye, sólo se transforma.
muchas gracia spor la huella
sé siempre Bienvenido/a
pues sobre tu artículo, mi testimonio es que sí uno se enamora al primer cruce de miradas, en una fracción de segundo y depende ya de cada cual darle riendas a esa desbocada emoción -sensación y convertirlo en algo como Amor en todas su andadura
un abrazo y buena semana
qu’e genial… me encanta al final la comparaci’on del amor como energ’ia….:)