Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
–
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
–
Una flauta en ellos halló,
que un zagal se dejó olvidada
por casualidad.
–
Acercóse a olerla el dicho animal
y dio un resoplido
por casualidad.
—
En la flauta
el aire se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
–
«¡Oh!», dijo el borrico.
«¡Qué bien sé tocar!
¡Y dirán que es mala
la música asnal!»
–
Sin reglas del arte
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
Fábula de Tomás de Iriarte