Basta que nos miremos para conversar: compromiso humano; ella es manoescondidaenlaespalda, mirada encabellada y neologismos altisonantes. yo temo por nuestro encuentro: palabras orejadas, manos tocadas… dulces compulsiones.
Basta que nos miremos para compartir nuestras vidas enfrentando nuestros cuerpos vestidos; ella es un ramo de colores; yo tengo un frío de espinas.
Basta que nos miremos y salvar su imagen de mis ojos: mi cuerpo queda atrapado en su mirada. mis ojos no avanzan de los suyos.
Basta que nos miren para soltar nuestras miradas: todo se vuelve ruido de pies y bocas; relación social clandestina.
Basta que la noche empiece para decir adiós: me marcho pronto para alcanzar a soñarla; ella se va porque sí.
Basta, dijo ella, creo… esa noche triunfó la soledad: mis pies me llevaron a casa por un camino irreconocible, y yo odiando mis orejas…
😦