Definitivamente, cuando los pensamientos comienzan a dominar nuestra historia, se puede estar en un caso de filosofía o poesía.
No soy muy amigo de los neologismos, pero por ahí he visto filopoemas/fisopoemas o algo así y debo manifestar mi desacuerdo y desagrado. Primero porque un neologismo exige una gran experiencia de lectura, y esta clase de neologismos no tienen otra excusa/argumento que una supuesta falta de palabras. Grave error. ¿No sabes cómo decirlo? ¡Usa tus propias palabras! En serio. Es fácil de decir, lo sé; el problema radica en que es un reto personal, y los resultados dependen de la propia exigencia. Podría decir que soy muy exigente conmigo, si mis parámetros fuesen siempre los mismos, y no es así. Lo que en un momento pareció una genial obra, con los años puede parecer un simple esbozo.
Segundo porque no creo que se debería acudir a la escritura pensando un tipo de texto determinado. Encasillarse en un género es limitarse. Ser mejor en uno u otro género no significa que no se deba intentar incursionar en otro. Es más, se debe estar atento cuando el patetismo comienza a predominar en el texto, y pensar que podría transformar en poema. O al contrario, cuando en un poema empiezan a abundar las hipótesis, ¿por qué no desarrollar una o varias de ellas y mutarlo en un cuento? Por tanto, en el clásico encuentro entre la Filosofía versus la Poesía, hay que optar por uno o por otro, pues las cosas a medias siempre serán eso, la mitad de algo, un ente incompleto.
Siempre me sorprende todo lo que haces !